• Desde el inicio, AMBARVIAJES Y KANANGA comenzaron su andadura como un proyecto responsable y sostenible. Nuestra filosofía ha sido siempre el compromiso con el medioambiente y con el desarrollo de las poblaciones locales de los destinos a los que viajamos.

• En el año 1997 fuimos pioneros en Turismo Responsable al crear la primera Asociación para un Turismo Responsable /ART Association for Responsible Turism, en Europa junto a otras compañías de viajes de Alemania, Italia y Holanda. Ver el artículo de esa fecha adjunto con toda la información sobre qué y cómo del Turismo Responsable
• Procuramos que nuestras rutas tengan un impacto positivo sobre las comunidades locales, contribuyendo al desarrollo económico-social de los destinos que visitamos. Nos interesan los pequeños corresponsales locales, muchos de ellos familias que comenzaron su anudadura con nosotros y que conocemos durante nuestros viajes de prospección.
• Conocemos a estas pequeñas empresas durante nuestros viajes de prospección con la mochila cada año. Después de conocer a muchísimas en cada viaje, elegimos la que creemos que funcionará mejor en nuestra ruta, por empatía, por calidad y sobre todo por conocimiento y experiencia en tipo de viaje que hacemos. NO COMPRAMOS VIAJES NI CONTACTAMOS OPERADORES EN LAS FERIAS DE TURISMO INTERNACIONALES. Son contactos de campo, trabajo de campo en el que desarrollamos cambios, trainings y todo lo necesario para una relación larga y sostenible. Con muchos de nuestros operadores la relación lleva muchísimos años y ahora son amigos además de socios. Trabajan en exclusiva con nosotros en España y nosotros con ellos en cada país, les diseñamos rutas y junto a ellos formamos un equipo que les permite vender el proyecto en otros países.
• Trabajar con pequeñas empresas familiares genera beneficios en la economía local creando un tejido económico que hace que muchas más familias puedan llegar a tener ingresos regulares con nuestros grupos. Conductores y vehículos locales, guías locales, alojamientos pequeños y locales, restaurantes locales y en muchas rutas también porteadores, cocineros y todo lo que necesitemos para una gran aventura.

• Viajamos en grupos reducidos, para interactuar mejor con la población local por donde pasamos y a la vez disminuir la huella, el impacto en la economía y el medio natural. Grupos pequeños y responsables con un guía de nuestra organización.
• Son nuestros guías especialistas personas que conocen y aman los destinos en los que viajan, quienes harán de puente, de comunicador entre nuestro planteamiento y el trabajo de coordinación del grupo y logística durante el viaje. Su labor es mantener esa pulsión de emoción y al tiempo seguridad que debe haber en nuestros grupos. Todos somos partícipes de ello, viajeros y guías tienen que formar un todo, una comunidad rodante en la que todo fluya y se resuelva desde la perspectiva del viaje.
• Buscamos conectar con la población y cultura local, con respeto hacia las costumbres y tradiciones diferentes a las nuestras, con la mente abierta, valorando positivamente la diversidad cultural. Potenciar la cultura local y al tiempo el orgullo por la propia cultura, la propia lengua y el entorno natural en el que se vive con una visión conservacionista y al tiempo activa y consciente del tiempo en el que vivimos.
• Es nuestra filosofía de vida, que aplicamos en todos los ámbitos, tanto como profesionales, como personales. Seguimos viajando con nuestras mochilas, perdiéndonos para encontrar nuevas rutas cada año. Rutas que no hemos copiado de ningún otro, rutas para sorprendernos y hacer que la vivencia de nuestros viajeros sea diferente. Montamos cada una de ellas como el viaje más perfecto que haríamos para nosotros en los días que tengamos.

UN VIAJERO- UN ÁRBOL

• Cuando hace más de treinta años empezamos a organizar las primeras rutas, fuimos conscientes del valor de la naturaleza que nos rodeaba. Nuestro objetivo era que nuestro trabajo sirviera para su conservación. Pronto entendimos la importancia del turismo ecológico como vehículo para generar una economía y una forma de vivir a la población local, y evitar la explotación de recursos que destruyeran el entorno, como la minería y la tala de bosques. Desgraciadamente algunos de los bosques en donde dormimos entonces en el Amazonas que ya no existen, y parte de los hielos por los que caminamos en Groenlandia se deshicieron para siempre, sin embargo, somos optimistas. La naturaleza tiene una capacidad de regeneración increíble y estamos convencidos de que aún es posible revertir la tendencia. Este año comenzamos la campaña UN VIAJERO- UN ÁRBOL. Por cada viajero plantaremos un árbol en la Patagonia porque finalmente todo está interconectado, tú árbol en Patagonia puede ser el equilibrio del ecosistema de los Ruwenzori en Uganda, las selvas de Borneo o de una dehesa de bosque mediterráneo en Toledo. Cada árbol plantado es un pequeño y silencioso, pero efectivo, movimiento hacia otra forma de entender el mundo y convivir con el planeta.