Esta impresionante formación de dunas situadas en la región del Tafilalt y a 50 Km. de la ciudad de Erfoud resulta uno de los más bellos paisajes de Marruecos. Se trata de una inmensa extensión de arena enmarcada entre las poblaciones de Merzouga y Hassi Labied. La palabra Erg proviene del árabe y significa “duna” y en concreto caracteriza un tipo de dunas arenosas únicas en el Sahara.

Las sinuosas dunas de la zona han inspirado múltiples historias. Entre ellas una sobre su origen, ya que la leyenda cuenta que cuando una familia rica de la zona negó su hospitalidad a una pobre mujer y su hijo, como castigo, Dios los enterró bajo el manto de estas hermosas dunas.

Adentrarse en estas dunas en camello es iniciarse en el ritual del desierto, que nos llevará a encontrar nuestro ser primario y abrazar la sensación de libertad. Recorrer en camello las altas dunas del desierto, dormir en una jaima rodeado de kilómetros y kilómetros de finísima arena, observar en el silencio de la noche un cielo cubierto de estrellas que puedes acariciar con la mano, despertar con la potente luz del sol que nace en el horizonte como una gran bola de fuego… El Erg Chebbi, un campo de dunas móviles en el desierto de la frontera con Argelia, es capaz de regalar al viajero algunas de las escenas naturales más deliciosas del planeta. Podremos emular al gran Lawrence de Arabia a lomos de un camello a través de las anaranjadas dunas disfrutando del atardecer en un paraje que nos transportará a la época de las grandes expediciones.

Merzouga está situada a las puertas de las dunas del Erg Chebbi, donde empieza todo un paraíso de arena interminable, salpicado por oasis de película que refrescan y dan sombra. Existe la posibilidad de adentrarse en camello, vehículos 4x4 o quad para hacer excursiones, practicar esquí sobre las dunas o disfrutar de un tratamiento a base de baños de arena para curar el reumatismo o la sinusitis. Uno de los momentos más intensos del desierto es ver el atardecer o el amanecer desde la gran duna. El sol tiñe de rojos, ocres y sombras las ondulantes montañas, y da paso a la noche, donde podremos disfrutar del hotel con más estrellas del mundo.