Buenos días Carmen:
Ya de regreso de nuestro espléndido y magnífico viaje del Reino se Saba; tenías razón cuando comentabas que Etiopía es diferente, que hay que conocer, que es única...
Y... en un viaje hace mucho con las personas que coincides y en eso, en éste viaje hemos estado muy bien todo el grupo (ellos aún están de viaje), pero también hace mucho con el guía que te toque.
Hemos estado encantados con Gerardo, ...bueno voy a personalizar: es un chaval encantador, con unas grandes cualidades como guía y con muy grandes valores como persona.
De verdad da mucho gusto tenerle de guía; por lo amigo, colaborador, gestor, compañero, etc.
Muchas gracias por todo. Y un abrazo.

Paz Zamanillo

De vuelta de Vietnam-Camboya, te informo que todo ha estado super bien, el itinerario, los guías, el grupo...en fin, todo genial! a pesar de que teníamos varios tifones pisando nuestros talones.
Espero repetir en otros viajes y te reitero mi felicitación para todos los implicados.

Hasta pronto!

Graciela

Estimados amigos de Kananga,

Transcurrida una semana desde nuestro regreso y después de haber ordenado nuestra mente y nuestras fotos os escribo para confirmaros que la experiencia del viaje Memorias de África Clásico ha superado todas nuestras expectativas. A pesar de las pequeñas incidencias que siempre surgen en un viaje de estas características el resultado final ha sido maravilloso. Hay muchas cosas que podría resaltar, empezando por la organización y terminando por la rápida solución de todos los problemas que han ido apareciendo a lo largo del camino.

La logística de Kananga es espectacular. Los campamentos confortables e instalados en lugares privilegiados. Los safaris en jeep, fantásticos. El guía, Carlos Conde, un gran profesional, conocedor de África, divertido, interesante y con una gran psicología para hacer de este viaje algo especial. La tripulación extraordinaria. En fin, como os decía, a pesar de las incidencias, o quizás debido a ellas, un viaje inolvidable.

Como momentos que se han quedado grabados en nuestra memoria, recuerdo las cenas a la luz de las velas en el Serengeti oyendo los sonidos de las sábana y vigilados por miles de estrellas. También fue impresionante una noche en el Serengeti oyendo las risas, peleas y rugidos de, al menos, una veintena de hienas que habían rodeado nuestro campamento. En ese momento fuimos más conscientes que nunca de que estábamos en su territorio y de que los intrusos éramos nosotros. Hay muchos más, las sonrisas de los niños, la amabilidad de sus gentes, el agua cristalina de Zanzíbar, el contraste de la vida en África con nuestras comodidades en Europa...

En fin, no quiero aburriros más porque seguro que todo lo que os estoy contando ya lo conocéis de sobra.

Espero que este viaje sea el comienzo de muchos más.

Gracias por vuestro buen hacer y un abrazo,

Concha Fernández y Carlos de la Calle